Se publica estos días en España uno de los primeros comics de Frédéric Boilet, 'Tokio es mi jardín' (Ponent Mon, 2005), escrito al alimón con Benoît Peeters y con las hermosas tramas grises de Jiro Taniguchi. Ya había hablado de Boilet en referencia al movimiento Nouvelle Manga, del que es el principal exponente, y su obra 'La espinaca de Yukiko'.

Precisamente en este nuevo/viejo trabajo (de 1997), se descubren alguna de las características de aquel libro: el dibujo realista, un guión con toques cotidianos, la adopción por parte de un europeo de los códigos de vida de Japón y una forma muy natural de afrontar lo erótico.

Pese a algunos fragmentos un tanto increíbles o excesivamente extravagantes, el guión fluye como si fuera el de una simpática película de bajo presupuesto que narra las aventuras de un francés con poco oficio y menos beneficio que trata de salvar su empleo como representante de una marca de coñac al tiempo que se enamora de una (otra) japonesa independiente e impulsiva.

Menos manierista y espectacular que La espinaca y también con un aire más autobiográfico, 'Tokio es mi jardín' describe con acierto la ciudad en la que se desenvuelve la historia, y tiene la rara habilidad de enganchar al lector poco a poco, de forma adictiva.

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