
Con una historia ya de once años, el grupo de David Rodríguez sigue basando sus canciones en el humor ('C'Mon Rajoy') y las estructuras repetitivas y trotonas (fueron de los primeros en España en reivindicar a Wire). Pero también le han añadido algo de la rabia punk (la fantástica 'la resolución final' suena a Desechables) de los años 80, y se zambullen como nunca en lo semi-acústico ('Mediterráneo', con un toque a Surfin' Bichos) y lo campestre (la dupla que forman 'gringoakparty' y 'Sniffin' ENO'). Siguen siendo muy suyos, pero hacen esfuerzos por gustar. Y aunque David no sea precisamente uno de los mejores cantantes del mundo, su voz suena sincera y humana. Otro triunfo.
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