
Ya la anterior película del surcoreano Bong Joon-ho (Memories of murder) me había sorprendido por mezclar humor, tensión y violencia con tanta naturalidad. Pero en The Host ha llegado a descuadrarme. Sobre todo porque el conjunto funciona: el patetismo de su protagonista otorga un rasgo mítico a su lucha por recuperar a su hija y los momentos de humor estúpido dan el respiro necesario antes de volver a la acción.
La familia que lucha unida...

Aunque por momentos pueda rozar el efectismo, el otro punto destacado de la película está en su brillante narración visual. Un festival de grúas, travellings y planos cortos enfocados/desenfocados que funcionan al crear tensión al espectador y (casi siempre) tienen un valor más narrativo que estético.
En fin. Habrá gente que se muera de miedo cuando toque y se ría como una descosida por momentos (en mi sesión las risas ganaron a los sustos), pero también es posible que The Host descoloque a más de uno. Al final creo que tanto vaivén compensa, con un último tercio sobresaliente y una hermosa coda coherente y nada tramposa.
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