Será porque en las últimas semanas me había vuelto a escuchar los diversos volúmenes de la serie Clics and Cuts (electrónica casi ambiental basada en micro-ritmos y pequeños crujidos, como errores del altavoz), o será porque Carsten Nicolai (verdadero nombre de Alva Noto) está de moda: sus discos con Ryuichi Sakamoto se están beneficiando del boca-a-oreja y suben mes a mes en su cotización. O igual es simplemente que me encanta el diseño del CD y su formato, similar al de un sobre. El hecho es que me ha chiflado Xerrox, último disco en solitario de Nicolai y uno de los pocos discos de la electrónica reciente que se pueden disfrutar de cabo a rabo.
La nota de prensa dice que Xerrox es un experimento en el que el autor parte de unos leves samples originales (sonidos recogidos en aeropuertos) para luego copiarlos y manipularlos de forma que el original permanezca, pero casi irreconocible.
Dejando el valor teórico a un lado, este primer volumen de Xerrox (habrá un total de cinco durante el año) es un hermoso trabajo en el que la melodía aparece y desaparece entre mares de ruido lejano y pequeños ritmos que casi parecen chisporroteos de una hoguera digital. Belleza sintética, pero emocionante.
Xx
La nota de prensa dice que Xerrox es un experimento en el que el autor parte de unos leves samples originales (sonidos recogidos en aeropuertos) para luego copiarlos y manipularlos de forma que el original permanezca, pero casi irreconocible.
Dejando el valor teórico a un lado, este primer volumen de Xerrox (habrá un total de cinco durante el año) es un hermoso trabajo en el que la melodía aparece y desaparece entre mares de ruido lejano y pequeños ritmos que casi parecen chisporroteos de una hoguera digital. Belleza sintética, pero emocionante.
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