La teoría de los solteros, de Dupuy y Berberian

En los últimos meses han aparecido dos cómics de los franceses Dupuy y Berberian en España. Uno de ellos es el quinto volumen de la serie regular de Sr. Jean, titulado Como quien oye llover, digno sucesor del extraordinario Vivamos felices sin parecerlo, ambos publicados por la editorial Norma.

El otro trabajo, también protagonizado por el Sr. Jean es una rareza voluntaria. Editado por Bang Ediciones en España (Les Humanoïdes en Francia), está formado por historietas que se sitúan cronológicamente entre el tercer y cuarto tomos. Como debería ser siempre, el título dice mucho del contenido. En La teoría de los solteros Jean comienza a sufrir un sentimiento de culpa por la vida que lleva (infantilismo, poca 'madurez', pasión por el ligoteo continuo, retrasos en la entrega de su libro...). Pero esto no es nada al lado del desastre que vive día a día su amigo Félix, instalado en su casa y amargado (sin reconocerlo) por su incapacidad para madurar.

Dejando a un lado el argumento, La teoría de los solteros muestra (en un hermosísimo blanco y negro de trazo grueso) lo incómodo que resulta hacerse adulto: aceptar la distancia que hay entre lo que se quiere y lo que se puede, el final de los sueños y el comienzo de las responsabilidades, lo fácil que es que todo se estropee y lo difícil que es solucionar los problemas propios como para andar resolviendo los de los demás. Todo resuelto (dentro del tono agridulce del tomo) con cariño, elegancia y alguna que otra sonrisa.

El Señor Jean: vivamos felices sin parecerlo

Tengo una amiga que dice que me parezco al Señor Jean. Lo cierto es que no fumo, llevo el pelo más largo que él y si me convirtiera en escritor, mi única obra no se titularía 'La mesa de ébano'. Pero es cierto que vivo solo, he llegado a la treintena y tengo la costumbre de vivir la vida a mi manera y llevar mal las reglas y las jerarquías.

El personaje Señor Jean, cómic obra de los guionistas y dibujantes Dupuy y Berberain, tiene además un amigo palizas al que tiene que sacar las castañas del fuego, una portera insoportable y unos padres a los que no puede evitar no ver. En el cuarto libro sobre el personaje que se edita en España, 'Vivamos felicies sin parecerlo' (Norma, 2005), Jean no solo tiene que enfrentarse al día a día, sino que afronta el mayor de los retos: hacerse 'mayor' y aceptar sus responsabilidades sin dejar de ser él mismo: ensaya a ser padre con el hijastro de su amigo Félix, acude a la (desastrosa) segunda boda de una pareja amiga, es abandonado temporalmente por su novia y resiste las insinuaciones de una chica con la que estudió en la Universidad.

Sin llegar a tener un tono amargo, este es el menos desenfadado de sus álbumes: un poderoso guión, en el que se entrecruzan también las historias de un cuadro pintado sobre un supuesto Rembrandt y el mural que decora la pared de un restaurante japonés. El dibujo, hermoso y con algunos toques naïve, se vuelve más simple y tosco. La suma de ese trazo y el fuerte color que aporta Isabelle Busscheert consiguen una mayor tensión al relato.

No es el libro que recomendaría para conocer al Señor Jean (¿puestos a elegir, por qué no quedarse con el primero -El amor, la portera-?), pero es el mejor y de mayor calado. No es extraño que se alzara con el premio al Mejor Álbum en el Festival de Angouléme de 1999.

En el fondo me encanta que mi amiga crea que soy como el Señor Jean. Pero no pienso fumar.

+ INFO:
- 'Playlist' de Charles Berberian

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Aquellas cintas TDK decoradas

¿Quién no se ha dedicado alguna vez a rotular o llenar de dibujos las k7 en las que se grababa hace años toda la música? Eran normalmente cintas de 90 minutos que tenían un disco completo en cada cara. Alguna gente procuraba que los dos lados estuvieran ocupados por el mismo cantante/grupo, o que guardaran una coherencia musical. Yo, en un ejemplo más de mi legendario desorden, nunca he tenido mucho problema en meter en la misma cinta cualquier cosa. Valgan dos ejemplos que traían de cabeza a mi amigo Santos (muy ordenado él): una en la que combinaba a los Sugarcubes de Bjork con la clásica contemporánea de Gyorgy Ligeti y otra en la que estaban el 'tonight's the night' de Neil Young y el 'protection' de Massive Attack. A esta cinta, obviamente, la titulé, en colores oscuros y con una caligrafía de palo seco, 'tonight's the night for the massive attack'.

Pues si yo (nosotros) hacía eso con las cintas, el dibujante francés Charles Berberian (creador junto a Philippe Dupuy del comic Señor Jean) ilustraba sus mini-disc. Él es de los que prefieren grabar solo un disco de cada vez. En el libro 'Playlist' (Naïve, 2004), por ahora solo disponible de importación, muestra muchos de esas ilustraciones, acompañadas de retratos de sus músicos favoritos y mini-cómics que muestran la importantcia que ha tenido la música en su vida.
De las ilustraciones de discos, son encantadoras las de Cat Power, Diana Ross, David Bowie, Joni Mitchell o Bob Dylan & Jonnhy Cash. Dedica varias páginas a dibujos de David Bowie y Neil Young, así como una preciosa historia en la que Elliott Smith deambula como una sombra en medio del público de un concierto de Rufus Wainwright.

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