
Pero Kiko Veneno, por suerte y por carácter, ha sido siempre un poco perdedor.
Y eso hace que siga peleándose consigo mismo para mejorar. Después de cinco años publica ahora El hombre invisible, disco cariñoso y agradecido. Sincero en las letras y cálido en lo musical, no trata de inventar nada ni se queda tirado en la poltrona.
Personalmente agradercería un sonido algo menos profesional y humano, que en las pequeñas imperfecciones es dónde está parte del encanto de su autor. Estoy convencido de que el siguiente le va a salir muy pronto y aún mejor. Parece que está recordando cómo era aquello de ser joven.
Xx