Tímido, inseguro y con un grave problema para relacionarse con las mujeres, Víctor se encuentra en el mismo día no con una, sino con dos esposas. Si lo miramos con atención, Víctor tiene un aire a Vincent, el protagonista del primer corto de animación con plastilina de Tim Burton. Ambos personajes serían trasuntos del director. Además, Víctor habla por la boca de Johnny Depp, actor fetiche del autor de Beetlejuice y Ed Wood.
Volviendo a La novia cadáver, la película cumple todo lo que se podía esperar: es muy divertida, sus personajes son entrañables, la animación es un prodigio técnico y el argumento contrapone a los buenos de corazón y aquellos que disfrutan de la diversión y compañerismo (curiosamente casi todos muertos) con los necios, interesados e hipócritas (que están vivos, por decir algo).
Hay un dilema moral bastante bien resuelto, ya que ambas esposas aman a Víctor y, en cierta forma, él también les corresponde.
Citas, autocitas y Ray Harrihausen
Citas a su propio cine (el perro del protagonista se parece al Abacrombie de Vincent y tiene algo de Frankenweenie), a los clásicos fantásticos (el piano de la casa de Victoria es de la marca Harryhausen) o, incluso, a Lo que el viento se llevó.
Un pequeño 'pero' con la banda sonora. Danny Elfman se queda un pelín corto de música y largo de canciones (sobre todo teniendo en el recuerdo Pesadilla antes de Navidad). Especialmente recomendada -todas las películas lo son- para ver/escuchar en Versión Original. Las voces son todas fantásticas, especialmente Johnny Depp (Víctor), Emily Watson (Victoria) y Albert Finney (el padre de Victoria). También destaca el diseño de los personajes, en el que ha participado el animador catalán Carlos Grandel. Tanto los protagonistas como el diseño de producción tienen un claro toque modernista.
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