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vashti bunyan

Más discos (5)

We are monster, de Isolée. Definitivamente para escuchar. En casa o en un club. Para sentir en la cabeza más que en los pies. El segundo disco de Isolèe ahonda en el camino de la electrónica minimal (lo micro, y no lo macro) en un hermoso y misterioso ejercicio con capacidad para emocionar pese a su naturaleza sintética. Recuerda a Andrew Weatherall (Sabres of paradise, Two lone swordsmen, productor de Screamadelica...) en el gusto por las texturas, y a Mr. Fingers en la sabiduría a la hora de trabajar con los mínimos elementos. El alemán Rajko Mueller no solo es el más listo de la clase. También es el más sensible y el más hábil.


Lookaftering, de Vashti Bunyan. Hace unos meses comenté la reedición de Another Diamond Day, el primer y (por aquel entonces) único disco publicado por la misteriosa Vashti Bunyan. 35 años después de aquel clásico que gusta más a cada escucha (y tras grabar el interesante EP Prospect Hummer con los chiflados de Animal Collective), llega un segundo trabajo. A primera escucha la sensación es que podían haber pasado solo 6 meses entre ellos. Sigue estando esa voz susurrante y aguda, el aroma campestre y la sensación de que un 'atchús' en medio de la grabación la hubiera hecho añicos, de tan frágil que resulta. Una escucha más profunda muestra una voz más controlada y pareciera que la luz que baña bosques y valles fuera de atardecer, cuando la otra vez era plena mañana.


Veracruz. Va una canción y luego otra y luego otra y luego otra y así sin dar respiro. Veracruz tienen actitud punk y propuesta sonora contundente. Un poco de Sonic Youth y un mucho de post-punk. Ni tratan de inventar ni de reescribir. Solo hacen la música que les sale, como una explosión de energía, soltándolo todo. Más claros y centrados que en el EP de debut prometen, aún no los he visto nunca, mucha intensidad en directo.


Silver Jews: Tanglewood numbers. Vuelve David Berman, uno de esos perdedores vocacionales que luego no hacen las cosas nada mal. Sigue enamorando por su intuición y la honestidad con la que suena una voz que no duraría ni dos programas en Operación Triunfo. Un toquecito de rock, algo de pop y lo que sobra lo rellenamos con folk y country no cancerígeno. La mayor diferencia con los anteriores discos la encontramos en el mayor énfasis puesto en la música, que antes era simplemente el fondo que acompañaba a sus poemas de realismo sucio. Notable alto.

Más música

Reseño brevemente algunos discos que estoy escuchando últimamente.

M Ward: 'transistor radio'
Una de las mayores alegrías que me he llevado en estos últimos años fue descubrir, como se deben descubrir las cosas, como por casualidad 'transfiguration of Vincent' (Merge 2003), un disco personalísimo en el que el folk, el pop y algo de blues primitivo se mezclaban en una música de dormitorio como nunca había escuchado. M. Ward canta como si lo hiciera a escondidas y tuvieras la suerte de sorprenderle. Su sucesor mantiene el encanto y lo cálido de la música, aunque no acierta a llegar al grado de inspiración de 'transfiguration...'. Muy recomendable, de todas formas.

Beck: 'guero'
Vuelve el chico prodigio. Todo el mundo ha destacado (no es difícil) que este nuevo disco es una especie de continuación de 'Odelay'. Realmente parece que fuera grabado en las mismas sesiones de aquel trabajo. Uno de los problemas es que el referente no se grabó hace dos o tres años, sino hace nueve. ¿Y no ha cambiado nada desde entonces? Pues sí: Beck mantiene la frescura, pero ni las melodías ni las locuras y atrevimientos se parecen a los de aquel disco. 'Guero' es chulo, molón y agradable, pero da la sensación de que podría hacer un disco así cada año (lo cual no está mal) sin mucho esfuerzo, pero que nunca dará otro salto hacia delante. Casi confío más en sus discos folk.

Moby: 'hotel'
Bufffff. Qué cansancio me provoca este hombre. Empezó (o lo conocí) haciendo techno acelerado y algo horterilla, luego se convirtió en uno de los nombres más conocidos del ambient, se hizo famoso mezclando cyberdelia y folk primitivo norteamericano, se pasó luego a las guitarras... y por el camino aprendió cómo conseguir un sonido moderno y agradable y perdió casi todo lo que podía tener de interesante. Igual no molesta (a mí, algunos momentos sí), pero es que no tiene na-da. Aséptico.

Vashti Bunyan: 'just another diamond day'
Se supone que esta buena mujer es uno de los referentes del admirado Devendra Banhart (por cierno, su nuevo disco está ya en camino). Folk inglés cristalino y con un punto de fantasioso, como corresponde al cambio de década entre los 60 y los 70. Producido por Joe Boyd (Incredible String Band, Nick Drake), hay que darle la razón a Devendra: un disco que no se parece a nada más. ¿Un pelín pastoral de más, quizás?

Xx