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Los vídeos del año (según Pitchfork)

Con diciembre llegan las múltiples listas de los mejor del año. La gente de Pitchfork Media acaba de sacar su selección de los mejores 40 videoclips del año. Ya había posteado uno de Norman Cook bajo el seudónimo de BPA. Os dejo aquí el que me ha resultado más curioso. La música es del músico de grime Wiley, pero las imágenes (el vídeo es de un aficionado) son de Paul McCartney y Heather Mills, se supone que 'discutiendo' por su divorcio.



También han sacado una lista con los mejores vídeos que han producido ellos mismos (básicamente actuaciones en directo) para Pitchfork.tv. Aquí dejo uno de los Yeasayers desde un bonito tejado de NY.





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Playtime is over, de Wiley

Vuelve el guardían de las esencias. Lejos de los coqueteos pop y hip-hop de otros pioneros del género como Dizzee Rascal o Kano, Wiley se pone seriote y saca un disco de 'grime' de libro: voces furiosas, bases sincopadas sobre fondos sintéticos o falsos arreglos, tono de crónica urbana y mucha suciedad sonora.

Lo malo es que casi todo suena mucho a lo que podría haber hecho hace tres o cuatro años. Da la sensación de que ha intentado remendar los errores de su anterior Treddin' on Thin Ice. Y lo consigue, con un trabajo más compacto y mejor producido. Aunque para darle el notable (alto) hay que olvidarse de la espantosa balada 'come lay with me', una especie de ambientación a lo 4 hero con una voz de acid jazz de tercera que no pega ni con cola con el resto del trabajo, en el que también sorprende lo cerca que está, por momentos, del tono más intimista de The Streets.

Un bastante buen disco que, pese a la querencia por sonar a clásico, pierde enteros ante la 'traición comercial' de Dizzee Rascal. Y todo eso a pesar del punch de temas como 'Eski boy'. Por cierto, una pena que no haya aprovechado el cambio de sello (ahora está en Big Dada) para invitar al gran Roots Manuva.

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Dubstep 2007, CD Mix de Kode9 para Go #79

Siempre se puede encontrar algo de interés en esos CDs recopilatorios que regalan o venden a bajo precio las revistas musicales, pero me cuesta recordar uno mejor que el que acompaña este mes (número 79) a la Go Mag.

Se trata de una sesión en la que Kode9, uno de los principales productores de dubstep, no solo hace un repaso por las diversas vertientes del género, sino que acierta a poner el acento en la frontera que separa/une este estilo musical con el reggae, el hip-hop, el breakbeat y hasta el pop.

El resultado es un disco que algún purista podría calificar de comercial, pero que se disfruta cómo pocos trabajos del género y sirve de perfecta entrada para todo el que quiera saber a qué suena esto del dubstep (o sub dub o, incluso, grime).

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¿Qué es el dubstep?

Por ser sintéticos es un estilo musical básicamente instrumental en el que unos ritmos entrecortados pero no excesivamente veloces se complementan con unos fondos y unas melodías oscuras y un tanto inquietantes. Algo así como la banda sonora de una noche en la zona industrial de una gran ciudad. Estilo nacido en Londres como derivación del mucho más comercial Two-step, guarda cierta relación con el ambient más oscuro y el drum&bass más experimental. Es el hermano blanco y cerebral del grime. El centro de operaciones de sus máximas estrellas (Skream, Burial, Kode9) está situado en el sur de Londres, la parte más deprimida de la ciudad.

Para estar al tanto de la evolución del género: La columna mensual de Pitchforkmedia (pincha aquí para leer la última) o la página de la revista británica The Wire son buenas referencias. En castellano suelen aparecer reseñas e informes bastante interesantes en la revista Go!. Para el que se quede con ganas, los foros de Dubstep.com.
Un disco para empezar: Aunque el mejor disco que ha dado el dubstep es el debut de Burial, es más representativo el primer trabajo de Skream (de mismo nombre). Otra opción es hacerse con el The world is gone de Various, que adapta al legado trip-hop de Bristol los sonidos del nuevo género.
Dónde escuchar la música: El principal medio de expansión del dubstep son las radios piratas de Londres y sus sesiones. Las más interesantes las puedes conseguir en la web Barefiles.com

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Dos decepciones (relativas)

Public Warning, de Lady Sovereign. Tenía que ser el disco por el que se recordaría 2006. La potencia de Dizee Rascal y el pop de M.I.A. mezclados en una sola persona. La crítica y el público más inquieto habían encumbrado sus primeros maxis. También la industria parecía haber detectado un toque tarareable en sus canciones y había apostado por ella. El gran señor del rap, Jay-Z la fichó para su sello. Todo estaba listo para la princesa del grime, pero falló algo: ¿las canciones? ¿la producción? ¿demasiado lujo para hacer música callejera y furiosa?

En realidad hay dos discos en uno: por una parte están siete temas antiguos. Siete maravillas entre las que se encuentra alguna de las mejores canciones de los últimos años, como 'random' (aquí en una versión algo más floja), 'hoodie', '9 to 5' o 'tango'. Curiosamente falta uno de sus clásicos, 'Chi ching'. Del resto del disco, de lo que realmente ha grabado para el disco, solo se salva -y siendo piadoso- el single 'love me or hate me', aunque lo del sonidito del tetris está más gastado que mis zapatillas. El resto es, simplemente, flojo.

Ys, de Joanna Newsom. El tipo que hizo la nota de prensa debía estar contento. Pocas veces se presta de esta manera un disco a soltar alabanzas. A saber: estrella del nuevo folk (encima joven y guapa) publica su segundo disco, una obra conceptual basada en leyendas paganas que mezcla lo hermoso con lo terrible y crudo. Su voz y su harpa (la guitarra es para perdedores, no resulta chic) han sido grabadas por Steve Albini, el mago de los micrófonos. Después llegan los arreglos de Van Dyke Parks, ex colaborador de Brian Wilson y genio maldito de la música estadounidense. Para empastarlo todo y dejar cada cosa en su sitio tenemos a otro geniecillo: Jim O'Rourke.

Pero la suma de factores no crea necesariamente una obra maestra. Hay momentos hermosísimos, y la voz probablemente sea superior a la de su debut, The Milk-Eyed Mender. En aquel disco Newsom narraba pequeñas historias íntimas. Algo ha fallado al tratar de crear largos temas épicos. La magia se va diluyendo en desarrollos que nunca llegan a ningún lugar concreto y ante unos arreglos bonitos pero que adornan más que visten. A ver si alguien cuelga en Internet los temas tal como salieron del estudio de Albini: solo voz y harpa.

Epílogo
Lo bueno, en este último caso, es que quien quiera escuchar un disco que parte del folk para navegar con libertad entre lo dulce y lo salvaje puede hacerse con el fantástico Meek Warrior, de Akron/Family. Lo malo es que quien quiera escuchar el sonido de las calles de Londres en forma de canción pop no tiene dónde acudir. ¿Se ha muerto ya el grime? Tan joven que era...

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Más discos (7)

Fox confessor brings the flood, de Nekko Case: Si los indies tienen el Greatest de Cat Power como disco del country/folk femenino del año, los más clásicos pueden apostar por Neko Case. La canadiense se inspira en el folk primigerio y sabe también actualizar de una forma moderna el clásico country & western. Un sonido exquisito, con la participación de Caléxico y Howe Gelb, una voz en estado de gracia y canciones tan redondas como 'Star witness'. Un disco espléndido, y ya es el segundo entregado este año (tras el Destroyer's rubies) por algún miembro del supergrupo de Vancouver The New Pornographers. Definitivamente algo está pasando en Canadá.

Run the road Vol 2, VV.AA.: Nuevo capítulo de esta biblia del grime que se puede tararear. Si la primera sorprendía por su variedad y lo desconocido de este nuevo estilo (agresivo y adictivo a partes iguales) dentro de la música urbana británica, el segundo demuestra la buena salud del género y enseña su cara más pop. En Run the Road 2 Faltan clásicos como Wiley o Dizzee Rascal y se echa en falta algo de riesgo, pero ninguna de las canciones decepciona y vuelven a comparecer los que están llamados a ser las próximas estrellas masculina y femenina de la música negra inglesa: Kano y Lady Sovereign (que ya está grabando en los EE.UU. bajo la protección de Jay-Z). A destacar nuevos descubrimientos como Davinche o Crazy Titch.

The hardest way to make an easy living, de The Streets: Siguiendo con la nueva música urbana con sede en Londres, Mike Skinner entrega el tercer y más flojo disco de The Streets. Lejos de su debut (Original pirate material, mi disco favorito de lo que va de década) y sin los singles ni el sentido global de su segundo trabajo (A grand don't come for free), los agobios que le provoca la fama parece haber desestabilizado más que inspirado este disco. Sigue sonando personal y cabe reconocer que contiene buenos temas y buenos ritmos. Pero este es el primer resbalón en la carrera de Skinner. Probablemente su hiperactividad le haya jugado una mala pasada esta vez.

The Loon, de Tapes 'n tapes: Muy buen disco. Con sus puntos de electricidad sucia y sus momentos de melodía y elegancia. El rock como tobogán por el que sube y baja la tensión. Momentos instrumentales que recuerdan a Built to Spill o los más oscuros Smart Went Crazy. Tapes 'n tapes es un grupo de rock que no olvida la experimentación y la aventura que se puede esconder en tres minutos. Un cierto regusto al sonido de los Pixies es el último empujoncito que hace falta para atreverse a entrar en este The Loon.

The Mitchell Brothers y DJ Mark One

Dos discos de grime/urban/UK Garage publicados en los últimos meses que se me quedaron en el tintero y acabo de escuchar. Uno más centrado en las voces y con un claro elemento pop (The Mitchell Brothers) y otro con mayor protagonismo instrumental y orientado a lo que se denomina Dubstep (Mark One)

Uno de los discos de la nueva música urbana británica más infravalorados de 2005 ha sido el debut de los The Mitchell Brothers , titulado A breath of fresh attire. Protegidos y producidos por Mike Skinner/The Streets, los hermanos siguen la senda (puede que demasiado) del A grand don't come form free de The Streets y se muestran accesibles en su mezcla de rapeados casi pop y bases extrañas pero no tanto. Y es que su principal problema es que son, con diferencia, una de las caras más amables de un género (el grime) que presume de oscuridad y capacidad para axfisiar al oyente. Dejando a un lado todos los prejuicios, A breath of fresh attire es un brillante disco que aguanta perfectamente ser escuchado de un tirón y muestra la música de su época.

La ciudad sin lavar ni afeitar
Mark One se dio a conocer en 2004 por ser uno de los tres productores elegidos por el sello Rephlex para formar parte de su recopilatorio Grime. Para aquel disco entregó cuatro muestras de dubstep: instrumentales inquietantes que bien podrían servir de banda sonora para un documental sobre la cara menos humana de una gran ciudad. Con el apoyo de los rappers de Virus Syndicate entregó entre el 2004 y el 2005 One way, el clásico perdido del grime. Además de profundizar en sus instrumentales de ritmos extraños y teclados obsesivos, el disco abre un poco las ventanas con temas vocales (más cercanos a Dizzee Rascal, Lethal B, Wiley...) como 'stand up' o 'contagious rhymim'. Un buen muestrario de las distintas caras del único estilo musical sólido nacido en la presente década.

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Kano: Home sweet home

Dizzee Rascal puede dormir tranquilo. El aspirante oficial a arrebatarle el trono de rey del Grime, Kano, acaba de editar su disco de debut, Home sweet home, y no es tan fiero como parecía.

No es que el disco sea malo, pero se queda por debajo de las expectativas creadas. Más cercano al UK hip hop (incluso al ameicano) que al Grime, el joven (19 años) Kano ha publicado un trabajo en el que demuestra su facilidad para rimar a la velocidad necesaria para pasar al hiperespacio y nos descubre que le gustan los riffs gitarreros ('Typical Me', 'I don't know why'), los ritmos latinos ('Remember me') y el Underground Garage de su jefe (el disco está editado por 679) Mike Skinner: el hombre detrás de The Streets colabora en el tema 'nite, nite'.

Música oscura pero con potencial para llegar a muchos públicos distintos. Un tanto disperso y falto de algo del carisma que se le suponía. Igual hay que darle tiempo, pero de primeras es un tanto decepcionante.

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Run the road: ruge la calle

Otra vez Londres, otra vez una música hecha en la calle, popularizada en radios ajenas al pop y distribuida por maxis en los clubs más underground. El último género en popularizarse (relativamente) en el Reino Unido es el Grime: rapeados hiperveloces y furiosos sobre ritmos extraños. Algo así como la banda sonora futurista de un documental sobre la dureza de la vida en los barrios más pobres de una megalópolis.

Dos artistas han dado el paso del maxi al disco grande: Dizzee Rascal y Wiley (presente en el próximo Primavera Sound de Barcelona) y otro está a punto de hacerlo con solo 19 añitos, Kano. Pero detrás hay todo un mundo secreto que descubrir.

Esa escena está representada en el recopilatorio 'Run the road' (Vice/Atlantic, 2005). El principio es un 'cock back' de Terror Danjah con toques ragga que da auténtico miedo. Además de los tres MCs mencionados antes, destacan las chicas: No Lay, Shystie y, sobre todo, Lady Sovereign, cuyo 'Cha ching' suena sexy y agresivo al mismo tiempo.

Menos fiero y más centrado en el flow y la rima se muestra Ears en 'happy dayz', mientras que el momento más cercano al pop viene con el remix del 'fit but you know it' de The Streets sobre el que rapean Kano, Lady Sovereign, Donae'o y Tinchy Stryder.

Lo más flojo del disco habría que calificarlo de muy interesante. Los temas más destacados son, simplemente, las piedras sobre las que se deber erigir el nuevo género, sus primeros clásicos.

+ INFO:
- True grime (The New Yorker)
- Waiting for the grime wave
- Blissout (segundo post de la página. Es el blog del prestigioso crítico Simon Reynolds)
- Will grime pay? (BBC Collective)
- Crítica del disco en Pitchfork
- Waiting for the grime wave

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Grime & UK Garage

Literalmente, grime significa 'mugre'. Si hablamos de música, es la última mutación producida en las calles del Reino Unido: ritmos obsesivos, fondos agobiantes que evocan el acero y el hormigon de una ciudad industrial y (opcionalmente) voces alteradas y amenazantes.

El grime supone una evolución de lo que a principios de la década se dio en llamar UK Garage. Este último estilo nació como una interpretación británica (ritmos más bailables, dirigidos a la pista de baile) de la fusión de hip-hop y soul que lleva varios años triunfando en EE.UU.

Surgieron entonces dos reinterpretaciones del género. Por un lado apareció The Streets, el proyecto de Mike Skinner. Su música (recogida en el genial 'Original Pirate Material' y el muy estimable 'A grand don't come for free') mezcla originales bases 2 step con sampleados orquestales, electrónica y una forma de recitar que le acerca tanto al rap como al Parklife de Blur.

Como 'reverso oscuro' al lujo del UK Garage y evolución de géneros experimentales como el dubstep y el Drum&bass, nació el Grime. El primer colectivo reconocible fue el Roll Deep Crew, del que han salido los dos nombres más conocidos del género: Wiley (más cercano al UK Garage) y el productor y MC Dizzee Rascal.

Dizzee es (al igual que Mike Skinner) uno de los grandes genios musicales que han surgido en lo que llevamos de década. Su música es energética, furiosa, imaginativa y contundente. Sus beats y su forma de rapear provocan un K.O. en el oyente. Ha publicado dos discos: 'Boy in da corner', que ganó el prestigioso Mercury Prize, y 'Showtime'.

En su vertiente instrumental, el grime se extiende a través de recopilatorios (los volúmenes 1 y 2 editados por el sello Rephlex), sesiones de DJ, como el Bingo Beats vol 3 de DJ Slimzee, los primeros lanzamientos en solitario de productores, como MarkOne, y numerosas radios (muchas veces piratas) de Londres. La más popular es Rinse FM.

Mención aparte merece el fenómeno provocado por Lethal Bizzle y su 'Pow! (forward)', tan violenta que en algunos clubs han prohibido a dus DJ que la pinchen, temiendo la reacción de la gente, según nos cuenta Rob Gordon.

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